jueves, 27 de diciembre de 2018

NAVIDAD INTERIOR

A quienes me leen, a los ausentes, a la gente invisible de las calles, a quienes no podrán participar del festín comercial de la navidad, a aquellos(as) que desde la lucha armada cruzaran la noche en el silencio de montes y montañas, (soldados de la patria y guerrilleros), a quienes soñaran con la navidad desde los hospitales, a secuestrados(as) y desaparecidos(a) siempre presentes en nuestra memoria, a quienes sueñan con la libertad desde las cárceles, al pueblo Wayuu que muere de sed y de olvido, a las víctimas de todos los contextos, a mi familia, a mis amig@s y conocid@s… les auguro la felicidad que deseo para mí misma, que puedan disfrutar de la paz y el gozo que tanto se proclama. Espero que después de haber seleccionado los regalos perfectos, y de reunir los ingredientes para una sorprendente cena de navidad, y elegir el mejor atuendo para ser el centro de las miradas, no hayan dejado olvidado las cosas verdaderamente importantes, recuerden que mientras menos desesperados(as) estén en crear la Navidad perfecta, más tiempo encontrarán para gozarla; mientras menos estresado y presionado estén para cumplir con las tradiciones, más felicidad y alegría llenará los momentos junto a los seres amados. La navidad se goza con más intensidad cuando está centrada en el amor que es su verdadera esencia, pues el amor es paz y verdadera compañía, es comprensión y aceptación, es respeto y solidaridad. El espíritu de la navidad está fuera de casa, fuera de las iglesias y centros comerciales, el espíritu de la navidad no son cánticos, ni disfraces de santa, ni luces, no es un árbol, no se compra, no se regala, no se dona, no se pone o se quita como un pesebre; el espíritu de la navidad es eso... espiritualidad, reflexión, solidaridad, es perdón, reparación… es paz. Lo demás es fantasía, comercio, hipocresía y apariencia. Qué fácil es abrazar a los que huelen bien… atrévete hoy a dar una mirada diferente a la gente invisible de la calle, y si decides ser generoso(a) y compartir un poco de lo que tienes, por dios olvida la cámara, no lo hagas para que el mundo sepa que tienes buen corazón, se trata de respeto hacia los más vulnerables; hay tanto de arrogancia en la solidaridad de la foto, que se pierde el verdadero sentido en un solo flash

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